La primera lluvia llegaba, un primero de febrero, era raro que aquel día tan hermoso lloviera con rayos de sol. En el río se miraban los patos nadando, las familias felices se miraban reír, mientras yo sentado en aquel parque solo conmigo mismo, pensaba en un futuro imaginario que no sabía si llegaría.
Quería seguir leyendo mas tu no me dejaste, tan mojada como nunca, mojaste mi papel. Me quedé con la vista en los pájaros saltando por el aire, evitando las gotas de agua y cantando. Quisiera ser pájaro, pensé, y entre la nostalgia y los recuerdos dejo de llover.